Las muelas del juicio, al ser las últimas en salir, se encuentran a veces con espacio insuficiente. En estos casos pueden llegar a salir solo parcialmente, dejando parte de encía por encima, lo que provoca que se forme una bolsa en la que se puede meter comida y, al no permitir una buena limpieza de la zona, termina infectándose; o también pueden no salir, llegando a empujar las muelas que están junto a ellas, provocándoles malposición, caries o incluso fractura de las mismas.
El dentista es, frecuentemente, el primer especialista que detecta un posible cáncer oral. Generalmente esta enfermedad se manifiesta de diversas formas, desde una herida o rozadura crónica hasta una mancha o tumoración presentes en encías o lengua del paciente. Por eso es tan importante realizar controles periódicos, no solo de los dientes sino también de las encías y la lengua, y evitar factores de riesgo como el alcohol y el tabaco.
Claro que sí, aunque es muy conveniente que lo advierta a su dentista antes de someterse a algún tratamiento o intervención, para que se tomen las debidas precauciones y se utilice la anestesia adecuada. En estos casos, es aconsejable que haya una buena comunicación entre el dentista y el cardiólogo o médico de familia.
Es recomendable avisar al dentista si se está o se puede estar embarazada, incluso si se planifica estarlo, para evitar y prevenir posibles complicaciones propias de los cambios hormonales del embarazo. No obstante, el embarazo y los tratamientos bucodentales son, por lo general, perfectamente compatibles siempre que se tomen las precauciones necesarias. En el 100% de los casos se debe avisar al dentista antes de realizarse una radiografía o estudio 3D.
