Son dos tratamientos que se diferencian por múltiples razones:
Capacidad estética: las carillas de porcelana pueden modificar malformaciones en los dientes, cerrar espacios interdentales, corregir la alineación de los dientes e incluso cambiar la tonalidad de nuestros dientes. Mientras que las de composite permiten únicamente modificar el color y la forma del diente.
Fabricación: las carillas de composite se fabrican sobre el diente natural, aplicando capas de composite (resina especial) con las que se le va dando forma al diente. En cambio, las de porcelana se realizan en un laboratorio.
Colocación: las carillas de composite se colocan directamente sobre el diente y se van haciendo al momento, pudiendo realizarse el tratamiento en una sola sesión; las de porcelana necesitan el tallado del diente natural, tomar impresiones, elaboración en el laboratorio y posterior colocación en la clínica dental. Todo este proceso requiere, por tanto, más de una sesión.
Duración: las carillas de porcelana son más duraderas en cuanto a deterioros, resisten mejor a la abrasión y al cambio de color que las carillas de composite. Además, las de porcelana suelen durar unos 15 o 20 años, mientras que las de composite pueden aguantar unos 2 o 5 años sin sufrir ningún deterioro.
