La sedación consciente inhalatoria mediante óxido nitroso está considerada como la técnica más segura, cómoda y fácil de aplicar en clínica dental. Además, el óxido nitroso tiene grandes ventajas: Es inorgánico, inerte, no inflamable, incoloro, insípido, con olor dulzón. Actúa como analgésico deprimiendo el sistema nervioso central. No deprime la respiración. No irrita mucosas. No produce alteraciones cardiovasculares. El ronquido, más que una enfermedad, en muchos se considera un síntoma de la apnea obstructiva del sueño, trastorno que puede derivar, durante el transcurso del día, en somnolencia, reducción de la atención y concentración y niveles de energía bajos.
La sedación con óxido nitroso es muy efectiva en todos aquellos pacientes con: Ansiedad frente al Odontólogo. Casos con reflejos de vómitos muy marcados. Tratamientos traumáticos (extracciones, cirugía oral). Tratamientos largos y molestos como los implantológicos. Cuando se hacen varios empastes a la vez, en una misma cita, para que no se haga tan largo y el paciente no se canse tanto. Tratamientos periodontales como profilaxis, raspados, pulidos… que a veces resultan incómodos -más que realmente dolorosos- en los que se puede llegar a eliminar el uso de anestésicos locales. Pacientes nerviosos, aprensivos o difíciles (adultos o niños). En general, los efectos beneficiosos del oxígeno hacen que los tratamientos mediante sedación nasal sean particularmente buenos en pacientes con anemia o desarreglos de sangrado, asma, epilepsia y patologías cardiacas, (previa consulta con el médico de cabecera).
La sedación Nasal consciente transforma lo que antes era un mal momento en una experiencia dental agradable, cómoda y libre de ansiedad, sin dormirse ni desconectarse del entorno, permitiendo de este modo que el odontólogo y sus auxiliares puedan efectuar un tratamiento de calidad con rapidez, meticulosidad, precisión, tranquilidad y seguridad.
El óxido nitroso se administra normalmente a una concentración de entre el 20 y 60 % de N2O, y por lo tanto constituye entre el 80 al 40% de aportación de O2. En cualquier caso siempre con un margen de seguridad muy por encima de la concentración del oxígeno en el aire que habitualmente respiramos que es del 23%.
- En general, el paciente se encuentra en un estado relajado y confortable. - Todas las constantes vitales permanecen normales. - Los reflejos vitales permanecen intactos. - La boca puede mantenerse abierta. - Se atenúa el reflejo laríngeo. - Se mantiene la capacidad de comunicación verbal. - Aunque en cada paciente pueden presentarse distintas sensaciones subjetivas, como: - Hormigueo en manos, pies, labios y lengua. - Pérdida de sensibilidad (parestesia). - Letargo, amodorramiento y calor corporal, como en una siesta. - Cierto alejamiento sensorial con indiferencia al entorno. - Relajación general, bienestar y flotamiento. - Pérdida de la noción del tiempo transcurrido y ligera amnesia.
Del 47 % de los españoles que declaran no acudir al dentista, la gran mayoría aducen el miedo cuando se les pregunta el por qué. La sedación nasal consciente ayuda a eliminar el miedo y la ansiedad en consulta; esto se logra porque el óxido nitroso aumenta el umbral de tolerancia al dolor en el paciente, atenuando la sensación de sufrimiento e induciéndole un estado de serenidad y tranquilidad que elimina por completo la ansiedad.
El óxido Nitroso es un gas de baja solubilidad en la sangre, pero que penetra rápidamente en las membranas del cuerpo humano. Se disuelve en plasma, logrando en minutos y fácilmente la máxima concentración en los alvéolos pulmonares. Después de su administración, el óxido nitroso se elimina muy rápido. No afecta al sistema respiratorio, ni a la circulación sanguínea ni al metabolismo. Actúa casi exclusivamente sobre el sistema nervioso central y sus efectos son analgésicos y ansiolíticos. Tampoco enlaza con fluidos orales o tejidos, ya que goza de una baja metabolización.
La sedación nasal consciente puede sustituir a la anestesia local en algunos procedimientos y, cuando la anestesia local también sea necesaria, la analgesia conseguida por la sedación nasal permite que no se noten los pequeños pinchazos, ayudando a controlar la sensación de fobia o miedo.
La duración del efecto es controlable. Sus efectos se notan rápidamente (corto periodo de inducción). El efecto máximo se alcanza entre los 3 y 5 minutos. El ajuste de la profundidad de la sedación se realiza escalonadamente y se alcanza el nivel adecuado en pocos instantes. Sus efectos desaparecen inmediatamente tras cesar su administración, permitiendo una recuperación rápida y completa. Una vez que se lo dejan de administrar, en solo dos minutos el paciente deja de notar sus efectos, de forma que no le condicionará la actividad habitual del resto del día.
Efecto rápido. - Efecto dosis/respuesta controlado. - Rápida eliminación (no es necesaria un área de recuperación). - Sin efecto “resaca”. - Total seguridad para el paciente y el profesional. Fácil de administrar. - Sin monitorización específica.
Sí, en las siguientes situaciones: - Cuando el paciente rechaza la administración. - Embarazo, especialmente en el 1º trimestre. - Infecciones del tracto respiratorio superior (catarro, congestión nasal o sinusal). - Enfermedad pulmonar obstructiva crónica EPOC. - Claustrofobia. - Problemas psíquicos o psiquiátricos.